El
modelo -ScV- “Simple Versus Complejo” en la comunicación, la
publicidad y la investigación de mercados.
Por
Alejandro Ospina Torres NLP Coach.
El
cambio y la complejidad son crecientes desafíos, donde lo simple va
adquiriendo cada vez mayor valor. Murray Gell Mann premio nobel de
física, en su libro “el Quark y el Jaguar” nos muestra el
descubrimiento de esas conexiones entre los extremos de la realidad,
como es lo simple y lo complejo. ¿Para qué
nos sirve manejar lo simple y lo complejo en la publicidad, el
marketing y la comunicación? ¿Como conectarnos con la mente
y el corazón del consumidor para que nuestras marcas promuevan las
experiencias significativas que ofrecemos? ¿Cuál es la llave que
abre los estados fisológicos de nuestros consumidores para que
apropien las experiencias significativas que prometemos?
Para
responder a estas preguntas comparto con ustedes el modelo SvC y una
metodología para acertar en lo simple.
Alvin
Toffler en su obra “El Shock del Futuro” ya nos hablaba de las
industrias creadoras de experiencias. Para comunicar y vender
necesitamos representar en la mente de los consumidores, esas
únicas y anheladas experiencias que prometemos crear con nuestros
productos y servicios. La representación, ocurre tanto al interior
del cerebro en los procesos perceptuales, como en la elaboración y
comunicación del mensaje. Comprender este modelo permite ser
efectivos en los procesos de comunicación y persuación.
Explicación
del modelo:
Lo
simple y lo complejo son como las dos caras de una misma moneda, al
igual que la representación y la realidad, el lenguaje y la
experiencia. Es una relación dinámica que manifiesta la naturaleza
dual de la realidad. Se contraponen.
Tambien
lo simple y lo complejo es algo relativo, son como dos puntos
referentes en un expectro, como unos cuantos escalones de una
escalera. Lo que para alguien es simple, para otros es complejo.
Lo
simple es la representación de un fenómeno complejo. Por ejemplo,
los símbolos son representaciónes de información y conocimientos,
que adquieren tal estatus por acuerdos sociales. Las señales de
tráfico son acuerdos que todos aprendemos para poder manejar. Son
signos obligatorios y el acuerdo es de consenso social. En cambio las
marcas comerciales entran al terreno de lo persuasivo. Son símbolos
de conquista y seducción y su acuerdo es al interior de la mente y
las emociones de la gente, y se catalizan en su capacidad de influir
sobre la conducta. Su acuerdo es de coherencia con leyes, patrones
humanos de comportamiento y esos códigos simbólicos que se dan a
nivel de culturas. Lo simple va desde un simple signo, una marca, un
lenguaje, hasta un simulador.
Lo
complejo es la realidad, el mundo que nos rodea. Va desde una
partícula subatómica, pasando por un ecosistema, hasta el conjunto
de galaxias y estrellas, o el universo entero. Lo complejo esta
relacionado con la naturaleza. Por ejemplo, la selva es algo
complejo, entre otras cosas por la interacción de las especies, el
clima, el agua, etc.
Lo
simple y lo complejo se relacionan a través de dos dinámicas que
son: simplificar y complejizar. Aquí entramos al terreno de la
comunicación simbólica.
Simplificamos
cuando comunicamos a través de símbolos. Para la mente humana, es
mas fácil representar una experiencia y sintetizarla a través de
una marca, que ponerse a procesar y recordar cada detalle de la
vivencia. En Programación Neurolinguistica le llamamos anclajes.
Crear y consolidar marcas en la mente de los consumidores es
facilitar el procesamiento de experiencias a través de etiquetas y
anclas. Precisamente no es permitir que la persona le ponga cualquier
etiqueta, sino tenerla lista, con significados coherentes, resaltando
una experiencia positiva y valiosa. Es reimprontación diseñada.
Pero esta es solo una parte del proceso.
Complejizamos
cuando decodificamos. Cuando buscamos los significados ocultos, la
semántica no evidente. Cuando investigamos, cuando profundizamos
sobre algo.
Simplificar
y complejizar son dos procesos que tienen necesidad, utilidad, valor
y pertinencia. No son excluyentes, se complementan por necesidad.
Por
ejemplo, Albert Einsten en su trabajo sobre la relatividad recorrió
ambos caminos. Investigó y analizó por el camino de lo simple a lo
complejo, y en la otra vía, fue de lo complejo a lo simple,
sintetizando lo comprendido en la formula e=mc2. La formula, aunque
es simple, representa una experiencia sumamente compleja como la
fusión nuclear.
Desde
el punto de vista de la comunicación, la complejidad se expresa en
lo largo que necesita ser un mensaje para describir adecuadamente la
experiencia. La longitud de la descripción genera una historia. Que
tan corto es el cuento. Simplificar es un valor cuando se trata de
comunicar. Lo contrario es complejizar.
Si
vemos el gráfico, el sentido de las flechas indican las vías
creadoras de valor.
Así
que el camino adecuado para poder comunicarnos exitosamente, es ir de
lo complejo a lo simple. Pero, ¿cómo hacemos para que nuestras
marcas comuniquen eficazmente esa valiosa experiencia que ofrecemos?
Primero,
Simbología correcta.
En
el lado de lo simple encontramos los signos, los símbolos y el
lenguaje, y en nuestro caso las marcas. Son las representaciones
acertadas.
Segundo,
En el lado de lo complejo encontramos las experiencias
significativas, las que generan nuestros productos y servicios.
Tercero,
valor semántico y valor de coherencia.
Para
generar valor semántico se usan herramientas literarias como la
metáfora, la parábola, la alegoría, sinestesia, etc.
Las
parábolas y las metáforas, tienen el poder de simplificar los
procesos de aprendizaje, ya que por similitud (semejanza, comparación
y alusión), la mente reconoce la estructura de una historia,
encuentra la estructura similar en su experiencia, y sencillamente le
cambia y pone contenido propio, aplicando los aprendizajes sobre si
mismo. La historias que contienen parábolas y metáforas son el
puente que une la brecha entre lo simple y lo compleo. Es aprendizaje
significativo. Así el valor semántico +
coherencia + la emoción, forman la llave que abre la puerta.
Cuarto
y último, la vía de la simplificación.
Es
redactar una historia lo suficientemente corta para transmitir el
mensaje. Podemos simplificar solo hasta que se mantenga integro el
valor de representación. Es decir, en el caso de las marcas o las
historias, hasta que haya una representación suficientemente eficaz
para generar o trasmitir el valor que deseamos. Si una marca no nos
dice nada, y no “hace sentido” no tiene el valor de
representación.
Una
eficaz simplificación unida a una profunda comprensión de la
experiencia se logra con valor semántico (metáfora, parábola), y
la maestría está en hacer que la historia simultaneamente sea
coherente en la mente, haga sentido en el corazón de quien le llega
y active las emociones necesarias.
Unamos
los extremos del modelo: Lo simple de lo simple con lo complejo de lo
complejo. En la antigüedad los seres humanos comprendían el mundo
uniendo con estos dos extremos: Los símbolos y las estrellas. Desde
lo simple están los signos zodiacales y en lo complejo esta el
universo visto en las estrellas del firmamento. Las constelaciones
toman sentido cuando unimos puntos y generan figuras que evocan
historias, las cuales hacen sentido en la vida de quienes las
observan, cuando las viven en la propia experiencia.
Miremos
el otro extremo: lo complejo de lo simple, con lo simple de lo
complejo. Ahora, con un supersimulador como es el acelerador de
partículas (LHC-CERN), se esta buscando comprender lo mas pequeño,
las partículas subatómicas fundamentales. Así vemos los dos
extremos del modelo (SvC).
En
este modelo (SvC) existen dos vías de experimentación: La vía
facilitadora se recorre cuando se va de lo complejo a lo simple en el
proceso de comunicación. Cuando va de lo simple a lo complejo en la
comunicación se dificulta el proceso, no hay creación de valor.
Cada
vía tiene un sentido de creación de valor. Cuando voy de lo
complejo a lo simple estoy comunicando, enseñando. Cuando voy de lo
simple a lo complejo estoy comprendiendo, experimentando y
profundizando.
En
el caso de la publicidad y la investigación de mercados, se ve cada
proceso representado.
Para
comunicar hay que investigar primero. Para simplificar hay que
primero hacer inmersión en la complejidad. Para codificar hay que
decodificar primero. Decodificamos la experiencia, codificamos el
mensaje.
La
comunicación cuando incluye los componentes de: simbología correcta
+ historias metafóricas + Experiencias significativas, en la vía
de la simplificación, hace que la persona tienda a privilegiar la
experiencia que sintetiza esa marca, porque genera sentido y
coherencia, y le abre la puerta al estado necesario para que la
persona viva una experiencia significativa. Podemos brindar una
experiencia pero cada persona necesita un estado específico para
poder apropiarla y disfrutarla. Ese estado neurofisiológico
es altamente deseado porque es coherente con las necesidades y genera
sentido en el Ser-Hacer-Tener.
Una
experiencia para ser significativa requiere un estado
neurofisiológico específico. Veamos en el gráfico la creación del
estado.
1=
Lo simple. Las marcas son simplificaciones de experiencias que son
complejas. 2 = Lo complejo (una experiencia positiva, única, de alto
impacto y recordación, sintetiza la oferta de valor). 3= LA
CONEXIÓN es un catalizador del cambio y tiene tres componentes: Hace
sentido (en el corazón), es coherente (en la mente), y estimula las
emociones y sensaciones (en las tripas). Es como una llave. 4= Se
crea un ESTADO neurofisiologico anhelado y deseado. El estado permite
apropiar la experiencia. A = La vía de COMPEJIZAR. B = La vía de
SIMPLIFICAR
Que
la experiencia ofrecida sea coherente y haga sentido en nuestros
consumidores, es uno de los mas potentes sistemas propulsores
humanos, que podemos canalizar en función de nuestras marcas.
Ahora,
¿cómo ir de lo simple a lo complejo en la investigación de
mercados?
La
respuesta está en el modelo, pero esa es otra historia.
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