martes, 23 de julio de 2013

La Comunicación Simbólica, haciendo simple lo complejo

El modelo -ScV- “Simple Versus Complejo” en la comunicación, la publicidad y la investigación de mercados.

Por Alejandro Ospina Torres NLP Coach.

El cambio y la complejidad son crecientes desafíos, donde lo simple va adquiriendo cada vez mayor valor. Murray Gell Mann premio nobel de física, en su libro “el Quark y el Jaguar” nos muestra el descubrimiento de esas conexiones entre los extremos de la realidad, como es lo simple y lo complejo. ¿Para qué nos sirve manejar lo simple y lo complejo en la publicidad, el marketing y la comunicación? ¿Como conectarnos con la mente y el corazón del consumidor para que nuestras marcas promuevan las experiencias significativas que ofrecemos? ¿Cuál es la llave que abre los estados fisológicos de nuestros consumidores para que apropien las experiencias significativas que prometemos?
Para responder a estas preguntas comparto con ustedes el modelo SvC y una metodología para acertar en lo simple.
Alvin Toffler en su obra “El Shock del Futuro” ya nos hablaba de las industrias creadoras de experiencias. Para comunicar y vender necesitamos representar en la mente de los consumidores, esas únicas y anheladas experiencias que prometemos crear con nuestros productos y servicios. La representación, ocurre tanto al interior del cerebro en los procesos perceptuales, como en la elaboración y comunicación del mensaje. Comprender este modelo permite ser efectivos en los procesos de comunicación y persuación.
Explicación del modelo:
Lo simple y lo complejo son como las dos caras de una misma moneda, al igual que la representación y la realidad, el lenguaje y la experiencia. Es una relación dinámica que manifiesta la naturaleza dual de la realidad. Se contraponen.
Tambien lo simple y lo complejo es algo relativo, son como dos puntos referentes en un expectro, como unos cuantos escalones de una escalera. Lo que para alguien es simple, para otros es complejo.


Lo simple es la representación de un fenómeno complejo. Por ejemplo, los símbolos son representaciónes de información y conocimientos, que adquieren tal estatus por acuerdos sociales. Las señales de tráfico son acuerdos que todos aprendemos para poder manejar. Son signos obligatorios y el acuerdo es de consenso social. En cambio las marcas comerciales entran al terreno de lo persuasivo. Son símbolos de conquista y seducción y su acuerdo es al interior de la mente y las emociones de la gente, y se catalizan en su capacidad de influir sobre la conducta. Su acuerdo es de coherencia con leyes, patrones humanos de comportamiento y esos códigos simbólicos que se dan a nivel de culturas. Lo simple va desde un simple signo, una marca, un lenguaje, hasta un simulador. 
 
Lo complejo es la realidad, el mundo que nos rodea. Va desde una partícula subatómica, pasando por un ecosistema, hasta el conjunto de galaxias y estrellas, o el universo entero. Lo complejo esta relacionado con la naturaleza. Por ejemplo, la selva es algo complejo, entre otras cosas por la interacción de las especies, el clima, el agua, etc.

Lo simple y lo complejo se relacionan a través de dos dinámicas que son: simplificar y complejizar. Aquí entramos al terreno de la comunicación simbólica.
Simplificamos cuando comunicamos a través de símbolos. Para la mente humana, es mas fácil representar una experiencia y sintetizarla a través de una marca, que ponerse a procesar y recordar cada detalle de la vivencia. En Programación Neurolinguistica le llamamos anclajes. Crear y consolidar marcas en la mente de los consumidores es facilitar el procesamiento de experiencias a través de etiquetas y anclas. Precisamente no es permitir que la persona le ponga cualquier etiqueta, sino tenerla lista, con significados coherentes, resaltando una experiencia positiva y valiosa. Es reimprontación diseñada. Pero esta es solo una parte del proceso.
Complejizamos cuando decodificamos. Cuando buscamos los significados ocultos, la semántica no evidente. Cuando investigamos, cuando profundizamos sobre algo.
Simplificar y complejizar son dos procesos que tienen necesidad, utilidad, valor y pertinencia. No son excluyentes, se complementan por necesidad.
Por ejemplo, Albert Einsten en su trabajo sobre la relatividad recorrió ambos caminos. Investigó y analizó por el camino de lo simple a lo complejo, y en la otra vía, fue de lo complejo a lo simple, sintetizando lo comprendido en la formula e=mc2. La formula, aunque es simple, representa una experiencia sumamente compleja como la fusión nuclear.
Desde el punto de vista de la comunicación, la complejidad se expresa en lo largo que necesita ser un mensaje para describir adecuadamente la experiencia. La longitud de la descripción genera una historia. Que tan corto es el cuento. Simplificar es un valor cuando se trata de comunicar. Lo contrario es complejizar.
Si vemos el gráfico, el sentido de las flechas indican las vías creadoras de valor.
Así que el camino adecuado para poder comunicarnos exitosamente, es ir de lo complejo a lo simple. Pero, ¿cómo hacemos para que nuestras marcas comuniquen eficazmente esa valiosa experiencia que ofrecemos?
Primero, Simbología correcta.
En el lado de lo simple encontramos los signos, los símbolos y el lenguaje, y en nuestro caso las marcas. Son las representaciones acertadas.
Segundo, En el lado de lo complejo encontramos las experiencias significativas, las que generan nuestros productos y servicios.
Tercero, valor semántico y valor de coherencia.
Para generar valor semántico se usan herramientas literarias como la metáfora, la parábola, la alegoría, sinestesia, etc.
Las parábolas y las metáforas, tienen el poder de simplificar los procesos de aprendizaje, ya que por similitud (semejanza, comparación y alusión), la mente reconoce la estructura de una historia, encuentra la estructura similar en su experiencia, y sencillamente le cambia y pone contenido propio, aplicando los aprendizajes sobre si mismo. La historias que contienen parábolas y metáforas son el puente que une la brecha entre lo simple y lo compleo. Es aprendizaje significativo. Así el valor semántico + coherencia + la emoción, forman la llave que abre la puerta.
Cuarto y último, la vía de la simplificación.
Es redactar una historia lo suficientemente corta para transmitir el mensaje. Podemos simplificar solo hasta que se mantenga integro el valor de representación. Es decir, en el caso de las marcas o las historias, hasta que haya una representación suficientemente eficaz para generar o trasmitir el valor que deseamos. Si una marca no nos dice nada, y no “hace sentido” no tiene el valor de representación.
Una eficaz simplificación unida a una profunda comprensión de la experiencia se logra con valor semántico (metáfora, parábola), y la maestría está en hacer que la historia simultaneamente sea coherente en la mente, haga sentido en el corazón de quien le llega y active las emociones necesarias.



Unamos los extremos del modelo: Lo simple de lo simple con lo complejo de lo complejo. En la antigüedad los seres humanos comprendían el mundo uniendo con estos dos extremos: Los símbolos y las estrellas. Desde lo simple están los signos zodiacales y en lo complejo esta el universo visto en las estrellas del firmamento. Las constelaciones toman sentido cuando unimos puntos y generan figuras que evocan historias, las cuales hacen sentido en la vida de quienes las observan, cuando las viven en la propia experiencia.
Miremos el otro extremo: lo complejo de lo simple, con lo simple de lo complejo. Ahora, con un supersimulador como es el acelerador de partículas (LHC-CERN), se esta buscando comprender lo mas pequeño, las partículas subatómicas fundamentales. Así vemos los dos extremos del modelo (SvC).
En este modelo (SvC) existen dos vías de experimentación: La vía facilitadora se recorre cuando se va de lo complejo a lo simple en el proceso de comunicación. Cuando va de lo simple a lo complejo en la comunicación se dificulta el proceso, no hay creación de valor.
Cada vía tiene un sentido de creación de valor. Cuando voy de lo complejo a lo simple estoy comunicando, enseñando. Cuando voy de lo simple a lo complejo estoy comprendiendo, experimentando y profundizando.
En el caso de la publicidad y la investigación de mercados, se ve cada proceso representado.
Para comunicar hay que investigar primero. Para simplificar hay que primero hacer inmersión en la complejidad. Para codificar hay que decodificar primero. Decodificamos la experiencia, codificamos el mensaje.
La comunicación cuando incluye los componentes de: simbología correcta + historias metafóricas + Experiencias significativas, en la vía de la simplificación, hace que la persona tienda a privilegiar la experiencia que sintetiza esa marca, porque genera sentido y coherencia, y le abre la puerta al estado necesario para que la persona viva una experiencia significativa. Podemos brindar una experiencia pero cada persona necesita un estado específico para poder apropiarla y disfrutarla. Ese estado neurofisiológico es altamente deseado porque es coherente con las necesidades y genera sentido en el Ser-Hacer-Tener.


Una experiencia para ser significativa requiere un estado neurofisiológico específico. Veamos en el gráfico la creación del estado.
1= Lo simple. Las marcas son simplificaciones de experiencias que son complejas. 2 = Lo complejo (una experiencia positiva, única, de alto impacto y recordación, sintetiza la oferta de valor). 3= LA CONEXIÓN es un catalizador del cambio y tiene tres componentes: Hace sentido (en el corazón), es coherente (en la mente), y estimula las emociones y sensaciones (en las tripas). Es como una llave. 4= Se crea un ESTADO neurofisiologico anhelado y deseado. El estado permite apropiar la experiencia. A = La vía de COMPEJIZAR. B = La vía de SIMPLIFICAR


Que la experiencia ofrecida sea coherente y haga sentido en nuestros consumidores, es uno de los mas potentes sistemas propulsores humanos, que podemos canalizar en función de nuestras marcas.
Ahora, ¿cómo ir de lo simple a lo complejo en la investigación de mercados?
La respuesta está en el modelo, pero esa es otra historia.



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