300 líderes: Liderazgo Militar - Evolución del mando

El liderazgo, ha sido una de las características que identifica a los militares, los distingue de las demás personas, al estar inmersos en una serie de valores y principios que les permiten ser reconocidos por la sociedad como referentes del respeto, el honor, el sacrificio, el valor, la disciplina, la honestidad; desde los principios de la humanidad hasta nuestros días de globalización y grandes adelantos tecnológicos. Este ha ido evolucionado en el tiempo por la forma en que la sociedad percibe a sus líderes y la forma en que ellos logran el reconocimiento de su pueblo, tropas, para conseguir llevarlos hacia nuevos objetivos y metas.

Tomando como referencia el libro “La Mascara del Mando” de John Keegan, vemos como este liderazgo cambia en el tiempo debido al tipo de mando, relaciones de mando, forma de comunicarse, aumento del tamaño de los escenarios de la batalla y desarrollos tecnológicos, a través del análisis de cuatro importantes líderes de la historia, a quienes sus características, proezas, vida, les permitieron ser considerados líderes.

En la edad antigua, los gobernantes eran a la vez los jefes militares, por lo tanto el poder era uno solo, no existía la división de poderes y la clase noble era la única que podía pertenecer a esta elite. Ya en la edad media, se empiezan a crear los ejércitos feudales, los cuales estaban liderados por nobles, que tenían autoridad delegada por el Rey, pero solo con la evolución de la sociedad hacia las clases sociales, se vio la necesidad de formar ejércitos, con mandos provenientes del pueblo, quienes tenían a través de sus ascensos la forma de escalar posiciones en la sociedad. Entonces el poder político se separo del poder militar, manteniendo el primero autoridad sobre el segundo, quien le debía respeto y obediencia. Esta forma de organización se ha mantenido prácticamente hasta nuestros días, donde se divide el estado en poder político, poder económico, poder social y poder militar.

Alejandro Magno (Siglo V Antes de Cristo), era además de Rey, era el máximo jefe militar y prácticamente considerado como un Dios, condición que le exigía demostrar mayores condiciones que los demás, para el combate, en su moral, luchador empedernido, artista, gran orador que inspiraba a su pueblo y sus tropas, repetía su discurso varias ocasiones para poder llegar a todos, quienes depositaban su fe en él, no aceptaba reproches, siempre se encontraba en el frente de la batalla asumiendo el mayor de los riesgos y entre mas lo golpeaban, mas fuerte salía y se comportaba, inspirando con su ejemplo a los otros hombres. Su liderazgo era absoluto.

El Duque de Wellington, (siglo XVIII), era un militar de carrera que consiguió importantes victorias en la India, de linaje noble, logró vencer a Napoleón en 1776 en la batalla de Waterloo, para ello se mantenía casi siempre en el frente de la batalla, pero debido al incremento del alcance de las armas no podía estar tan expuesto, necesitaba estar en constante movimiento para poder estar enterado de todo lo que ocurría y evitar ser alcanzado por un disparo. Era una persona muy analítica, geógrafo excepcional, verificaba permanentemente la evolución del combate, sin demostrar miedo ante el peligro, prácticamente no dormía pensando en como solucionar los problemas, cabalgando su caballo estaba en todas partes del teatro de operaciones, en el mismo día, permitiendo conocer en detalle lo que estaba sucediendo, daba instrucciones y salía hacia otra parte, logrando conocer el avance de la batalla, su conocimiento del terreno lo aprovecho al máximo para vencer a su enemigo.

El General Grant (Siglo XIX), llego a ser militar por causa de las circunstancias, pero gracias a sus cualidades le permitieron ser un gran líder, vencedor en la guerra de seseción de los Estados Unidos en 1809. Su origen era del pueblo, había tenido formación militar pero no había continuado su carrera, por lo que se rodeo de personas que compartían sus mismos ideales, gente de su región y de su confianza, quienes conformaron su Estado Mayor. Debido al avance tecnológico de las armas y de las comunicaciones con el telégrafo, logro manejar muchas situaciones en la distancia, ya que no era necesario permanecer en el frente de batalla, observaba el desarrollo de las mismas sin exponerse tanto, disminuyendo su riesgo. Era poco hablador, asumía con tranquilidad el peligro, era un experto conocedor del terreno, de los ríos, las vías, las cuales estudiaba con dedicación.

Adolfo Hitler, considerado por algunos como el antilider, venia de una clase social baja lo cual le causaba complejos y resentimiento, había sido Cabo durante la primera guerra mundial donde fue herido. Su carrera política, le permitió asumir el poder en 1936 y llegar a formar parte de la elite, era un ególatra, gran orador, teatral, de prodigiosa memoria, con la cual trataba de opacar a sus generales cuando no estaba de acuerdo, humillándolos delante de los demás, con datos técnicos y logísticos de las tropas que Comandaban, para demostrarles que él conocía mas de sus Ejércitos. Nunca corrió el riesgo de estar en el frente de batalla, para ello manejaba las comunicaciones de radio y las reuniones con sus generales. Ante su conocimiento técnico, subestimaba las dificultades del terreno, clima del campo de batalla y de las largas líneas de abastecimientos. No tomaba desiciones oportunas, no escuchaba a sus subalternos, no se dejaba aconsejar, dejando pasar el tiempo sin tomar acción sobre desiciones inaplazables, no hizo caso a sus Generales, lo que posiblemente aceleró y ocasionó la perdida de la guerra.

Vemos entonces que la evolución del mando ha sufrido importantes cambios que han sido capitalizados en su gran mayoría en los últimos siglos y que muchos de estos cambios obedecen al cambio de la estructura de la sociedad, de la creación de armas mas precisas, de mayor poder destructor y mayor alcance, mayor rapidez en la movilidad de las tropas, equipos satelitales que permiten el seguimiento en directo de los hechos, comunicaciones permanentes globales y otros desarrollos tecnológicos que inciden en la forma de dirigir y percibir la batalla.

En estos cuatro personajes de la historia, se observan rasgos comunes en el tiempo que definen el mando y en el caso de los tres primeros lo que hace a un líder y en ultimo lo que no debe hacer, si bien es cierto que ya que no es necesario que el líder sea el primer combatiente en luchar en el frente de la batalla, vemos que tampoco debe ser ajeno a desconocer todos los factores de enemigo, tiempo, terreno que afectan el desarrollo del combate, no puede abstraerse de la realidad siguiendo la guerra desde los sistemas de comunicaciones, requiere estar atento de lo que la tropa esta viviendo, cual es su moral, su espíritu de combate, conocer sus necesidades, a su gente, estudiar el empleo de las nuevas técnicas y tecnologías. Un líder debe ser un gran orador pero sobretodo debe saber escuchar, tener un amplio conocimiento de si mismo, tener confianza, conocer a sus subalternos y a sus jefes, conocer su trabajo y los medios disponibles para ello, conocer de geografía, de geopolítica, de estrategia, ser analítico, saber delegar y empoderar a sus subalternos, mantener la supervisión de todas las tareas, manteniendo los valores y principios sobre los cuales edifico su carrera.

Para conseguir 300 lideres, debemos conocer la historia, aprender de ella y proyectar el futuro basado en las experiencias pasadas, recordando que el liderazgo militar puede ser considerado el padre de todos los liderazgos.

LUIS FERNANDO BUSTOS NAVAS

(NOTA: El presente artículo es solo una reseña de un libro y NO promueve ni pretente ejemplificar liderazgos destructivos)

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